Praxis Andragógica

PRAXIS ANDRAGÓGICA

La Andragogía está enfocada al estudio del hombre-adulto en lo concerniente al aprendizaje, éste debe basarse en la necesidad que tiene de ser tratado en esa dimensión, es decir, ser él mismo el promotor de su autocontrol con la seguridad que le brindan su madurez y su experiencia. Dentro de la práctica andragógica se desarrollan los principios de horizontalidad y  de participación. El principio de horizontalidad surge cuando el adulto aprende lo que quiere y cuando lo quiere hacer, al ser capaz de autodirigirse y autocontrolarse porque su madurez psicológica y su experiencia están a la par de la  del facilitador del proceso de aprendizaje; éste principio presenta características cualitativas y cuantitativas. Las cualitativas se refieren fundamentalmente al hecho de poseer tanto el facilitador como el participante, adultez y experiencia. Las cuantitativas se refieren a las mermas o disminuciones que sufre el adulto en su constitución física, los adultos aprenden mejor cuando están sanos física y emocionalmente, bien descansados y no están bajo tensión. El principio de participación se manifiesta cuando el aprendiente adulto decide participar activamente en su proceso de aprendizaje, actúa motivado –intrínsecamente- por una necesidad específica que regula y controla sus impulsos hasta lograr sus propósitos o metas previamente establecidas, la participación encierra características como actividad crítica, intervención activa, interacción, flujo y reflujo de la información, confrontación de experiencias y diálogo.
Es importante mencionar que dentro del proceso andragógico se desarrolla la autoaceptación la cual consiste en adaptarse tal como es la persona, con sus virtudes y sus defectos;  por otro lado está la autoestima que involucra sentimientos de confianza en sí mismo y la valoración optimista de las aptitudes personales, las cuales conducen al éxito. Asimismo, la experiencia es un componente esencial del aprendizaje adulto como base para un nuevo aprendizaje o como obstáculo inevitable para el mismo. Como base, la experiencia estructura las formas en las cuales el adulto encarna la nueva experiencia, selecciona la información para atención posterior y cómo será interpretada. Ahora bien, como obstáculo, la experiencia presenta un problema al relacionarla con el aprendizaje actual. Muchos adultos no perciben las conexiones entre la experiencia y los problemas actuales. Dentro de la praxis andragógica también se desarrollan obstáculos que le impiden al aprendiente adulto a facilitar dicho proceso, entre ellos: dificultad para dejar el hogar, cansancio por el trabajo realizado durante el día, falta de dinero, preocupaciones, miedo a hacer el  ridículo y a quedar como tal, sentimiento de inferioridad social, carencia de medios de transporte.
En los  adultos disminuye el razonamiento, rapidez y percepción pero se  compensa con la experiencia, el conocimiento y la sabiduría, siempre y cuando la estimulación permanezca constante, la motivación es un factor primordial que no debe faltar en todo proceso educativo.
La personalidad del adulto no se consolida en la madurez sino que continúa cambiando durante toda la vida, es un proceso cíclico donde se ponen en juego un complejo de factores que son causa fundamental de la motivación y de la acción.
Entre los motivos que conducen a participar en experiencias educativas se pueden mencionar: estar mejor informado, aprovechar el tiempo, intercambiar ideas, escapar de la rutina, mejorar el  desempeño laboral y familiar, mejorar sus aptitudes, aumentar sus conocimientos, aumentar sus ingresos (profesión, desarrollo personal y relaciones sociales) Con respecto a la situación de aprendizaje debe existir una relación entre los diferentes elementos involucrados y mantener un equilibrio armónico y dinámico que propicie el éxito de ese aprendizaje, debe  prevalecer la garantía de bienestar en el cual se desarrolla una relación de horizontalidad entre los participantes.  Los dos elementos más importantes en el proceso andragógico son: el participante y el facilitador. EL participante adulto es un estudiante que cumple diferentes funciones específicas en la sociedad, con capacidad para autogobernarse y con una gran experiencia que lo conduce a su autosuperación, es responsable, tiene plena conciencia de lo que se propone alcanzar y busca la autorrealización y la autotranscendencia. EL facilitador es el guía, despertador de conciencias que ayuda a los participantes a descubrirse como seres libres y responsables, quien colabora con ellos en la búsqueda de sentido, en el inquirir sobre el valor de lo que constituye la propia existencia.  Ambos elementos deben reunir características específicas (valores, buenos principios, ética, relaciones humanas, superación etc.) para desarrollar un ámbito educativo adecuado.



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